lunes, 19 de octubre de 2009


Me he cepillado el pelo hasta dejarlo brillante, me he puesto mi vestido verde, el que te gusta, y he cruzado la plaza para llenarme los ojos con esa luz que se cuela entre las copas de los árboles y deja dos escarabajos de oro en mis pupilas. Porque voy a verte.

Porque voy a verte aun sabiendo que es para decirte adios, para que me digas adios, para que me aprietes las manos entre las tuyas y me hables del amor que ha crecido entre nosotros, pero no es una enredadera que da campanillas violaceas sino una hiedra oscura, que nunca sabrá de flores.

Se todo lo que va a ocurrir.

Rodará un llanto azúl por mi mejilla.

LA NOMBRARÁS PARA SENTIRTE MENOS CULPABLE . Hablarás de ella, de sus años de fervor y entrega, de las tranquilas paredes de tu casa, sacudidas por las pequeñas manchas que les hicieron las manos de tus hijos, hablarás también de ellos; dirás sus nombres con voz tremula, y yo me enterneceré y los acunaré en mi mente, como si me pertenecieran.

ES TU "YO PECADOR" HABLARME DE ESO, después de haber soltado amarras, después de haber viajado conmigo entre tus brazos por un mar de ángeles sentenciosos y risas asfixiadas por tus besos y vientos de fuego quemandose en la sencilla y honda ceremonia de la pasión y el estremecimiento. Cuando me confesaste que NO ERAS LIBRE, YA ESTABA ENAMORADA DE TI, ya me querias.

Sentí que el universo se vaciaba y me tragaba en sucesivos terremotos; que me hundia buscando donde apoyar los piés.

Pero te quiero, dijiste

Y la tierra volvio bajo mis pies, se cerraron las grietas, se soldaron los abismos, todas las cosas volvieron a su lugar.

Tan solo una pâtina gris sobre mi vida, sobre mi cuerpo, oscureciendose, aplastando mis movimientos hasta volverlos lentos gestos de autÓmata.

Pero te quiero...♥

Me colgué de esas tres palabras para no morir. Entonces empezó la ansiedad de nuestros encuentros. Empezaste a nombrarla cada vez, a amarla para mi, para que supiera sus colores, sus actos, su forma de pensar.

Tan distinta a mi. Tan distante de ti y, sin embargo teniendote. Porque tu no sabias, que era ella y no yo quien te tenia.

Y yo lo fui sabiendo, sin querer, sin proponerme saber, lo fuí sabiendo día a día y fuí ocultandotelo con miedo de que lo advirtieras.

Mientras no lo supieras me albergarias en un rincón de tu ser y de tu mente, y seguirías pensando que yo era tu motor, que yo era la corriente de luz que te impulsaba, tu oasis, tu huerto y engalanado de frutos para el hambre y arroyos para la sed.

EGOÍSTA, AFERRADA, EMPECINADA, recortandote con el filoso cuchillo de la posesión, recortandote de tu estampa familiar en la que ellos te rodeaban, para alargar mi agonia.

¿En que momento descubre el árbol que su verdad es la raíz y no el libre ramaje que lo acerca al cielo y lo agita en el aire?...

¿En que momento ibas a darte cuenta de esto?. Unas semanas mas y sucedió.

ERA LO INEVITABLE, LO ESPERADO CON MIEDO, LO PRESENTIDO, eran los fantasmas corporizandose.

Me llamaste con una voz triste, pero segura y firme:

Tengo que hablar vos, por última vez...

Bueno...

Mañana ana mañana a las tres de la tarde...

Y hoy es mañana.

Rodará un llanto azúl por mi mejilla en el momento del adios.

Rodará un llanto azúl por tu mejilla en el momento de la verdad.

¿Porque entonces éste afán de gustarte, éste cruzar por la plaza para llenarme de luz dando la hora del encuentro, si se que va a ser el último y nunca más, nunca, nunca más volveré a verte, volveré a estrecharme contra ti?

Voy a morir un poco y me acicalo.

Voy al entierro de mi luz y me ilumino.

Voy al martirio y sonrio.

Endulzo el café, lo siento amargo.

Tiemblo, te quiero...

Voy a evitarte una tortura.

Voy a hacer algo por el amor que me recorre, que me aprieta frenta al límite del olvido.

Llamo al mesero, pago mi café.

Huyo. Huyo de este lugar y del encuentro.

Me esperarás en vano. No verás mis ojos mojados. No tendrás que decirme tu discurso de despedida.

No responderé tus llamadas, si me llamas.

Ya ves, te facilito tu tarea, evito que te conviertas en mi verdugo.

No es un acto de arrojo solamente; es una forma de inventarme la manera de creér que hubiera rodado un llanto azúl por tu mejilla en el momento de la despedida. Un llanto azúl por mi.

Un llanto azúl.Porque si voy y estás sereno y duro, si voy y tus ojos permanecen secos, sera la muerte verdadera, así...puedo llenar de azúl este recuerdo...De un llanto azúl, UN LLANTO AZUL POR MÍ –♥

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